testimonio profesores y maestros

Se hace un trabajo de las emociones dinámico, holístico, que repercute muy positivamente en la relación entre los niños y niñas. También en su crecimiento emocional, aprenden a convivir con los fracaso, a relacionarse empáticamente con el otro, a conocer sus propios límites, a compartir y a trabajar en equipo.

El poder compartir el feedback con los educadores en un entorno diferente. La vivencia de las emociones.

El entorno de la casa de “La Granja” es muy amplio y con muchas posibilidades. La vivencia y el contacto con la natura se presenta constantemente, el trabajo de grupo, de hacer y retos individuales y de equipo son los rasgos fundamentales, así como los valores de las propias emociones vividas.

Es una casa de colonias muy recomendable porqué todas las actividades y toda la estancia se hace con una base emocional y de valores muy cohesionados.

El entorno y las actividades de “La Granja” han hecho que nuestros alumnos hayan disfrutado y se hayan divertido en paz y armonía.

Hemos encontrado que es una empresa en la que hay coherencia entre lo que se anuncia y lo que se ofrece. El personal es muy competente y muy dedicado, en todo momento han estado contentos y lo transmiten en todo el que hacen.

Muy bien, las instalaciones alrededor de la casa y el entorno natural. Valoramos muy positivamente la formación, la calidad del personal que trabaja, que se refleja en el buen trato con los niños y niñas.

No son las típicas colonias de campamento, van más allá. Se trabajan las emociones y el conocimiento del yo mientras se divierten y hacen actividades dinámicas.

La belleza exterior es la que nos toca, el interior es la que nos trabajamos (Guillem 13 años). Esta es una frase colgada en la pared del pasillo. ¡La Granja es esto!

Un muy buen ambiente en general. Tranquilidad… paz… la buena comunicación entre monitores, alumnos y maestros ha estado muy buena. También el personal de cocina y servicios nos han atendido muy bien.

En La Granja es puede sentir el respeto, la ilusión, la comunicación y el amor que desprenden los educadores y educadoras hacia los niños y niñas.

Un entorno entrañable donde disfrutar de la natura y de actividades que los alumnos no realizan habitualmente; añadiendo un trabajo personal, profundizando en el ámbito emocional, que los enriquece, sobre todo a nivel personal y también grupal.

La Granja es un lugar perfecto para conectar y desconectar. Por un lado desconectamos de la rutina y de las presiones diarias; por la otra, permite establecer una relación especial con los alumnos, entre ellos mismos, con los educadores y con la natura. Es perfecto para hacer una escapada durante el curso. ¡Lo recomendamos!

Encontrar un lugar donde tus alumnos y tú mismo recibís el regalo de tener el espacio y el tiempo para sentiros escuchados y se ofrecen los medios para ponerte en contacto con tus emociones. Es lo que nos hace venir desde Mallorca cada año.

Nos ha gustado mucho esta mirada emocional, ya que, a veces, se da poca importancia y creemos que es un tema clave para la educación. Muy recomendable tanto por el trato de los monitores, por las diferentes actividades como por el entorno.

Hemos estado muy a gusto. Nos han gustado las instalaciones. El curso de liderazgo con el caballo para los profesores ha sido muy didáctico e interesante. Los monitores han motivado a los alumnos y los niños han disfrutado de unas pruebas donde la superación ha sido un gran hilo conductor. Gracias.

Estamos muy contentos, tanto por la calidad de las actividades, como por el trato con los niños, el cuidado en la preparación de la comida, la higiene de los espacios, los monitores y el personal… EXCELENTE!. Nos ha gustado mucho la formación que nos han ofrecido a los profesores sobre las emociones, así como el trato familiar. Nos hemos sentido como en casa. ¡Muchas gracias por todo!. Volveremos.

Desde el momento en que se llega a La Granja, el trato humano con los monitores y el personal es muy cercano hacia los alumnos y los profesores. El trabajo y el desarrollo de las emociones está presente en todas las actividades y momentos, lo que hace que nos acabemos convirtiendo todos en una gran familia a lo largo de los días, con el objetivo común de hacer consciente a los niños de todo su potencial y la capacidad de crecer a nivel personal. ¡SI, PODEMOS!

Felicitamos a todo el ‘equipo que lleva La Granja por ser tan sensibles a los temas emocionales y atreverse a llevar de una manera seria, profesional y profunda una temática que hoy en día aún es tan desconocida. ¡Gracias!

Es el tercer año que venimos a La Granja. Lo que más me gusta es el trato personalizado tanto hacia los alumnos como hacia los profesores. Es muy interesante todo el trabajo en educación emocional que aplican en sus talleres y actividades. Las instalaciones y el servicio de cocina son excelentes. ¡Esperamos poder volver el año que viene!

Sois unos profesionales con un gran corazón. Nos hemos sentido como en casa, acogidos, escuchados, acompañados…¡ Necesito deciros que os honro ! Los mejores campamentos que he hecho nunca y llevo 25 años haciéndolos, FELICIDADES, aunque he trabajado mucho, he disfrutado muchísimo (Olga). De nada sirve ser luz si no iluminamos el camino de los demás. Felicidad, emoción, cariño, fuerza, seguridad, confianza, empatía, convivencia. Me llevo todo esto y más, seguid así (Gemma). Esto es el trabajo bien hecho. Intenso, emocionante, profundo… sois unos cracs. Gracias por esta maravillosa experiencia. Con proyectos como el vuestro conseguiremos grandes cosas (Vero).

Unos días maravillosos para desconectar y conectar con la naturaleza, con nosotros mismos y con nuestros alumnos. El programa de educación emocional es maravilloso para remover y sacar la esencia de todos nosotros. Hemos visto una implicación inmensa y una pasión por vuestro trabajo que se desprende por todas partes. ¡¡¡Puro talento de los monitores!!!

Estamos impresionados por la organización y eficiencia de todo el personal, los monitores, el personal de cocina y el personal de oficinas, parece que lo tienen todo controlado y son extremadamente accesibles y atentos.

Se hace un trabajo de las emociones dinámico, holístico, que repercute muy positivamente en la relación entre los niños y las niñas. También en su crecimiento emocional, aprenden a convivir con el fracaso, a relacionarse empáticamente con los otros, a conocer sus propios límites, a compartir y a trabajar en equipo.